PENSAMIENTO DEL DIA

jueves, 25 de marzo de 2010

Orando por nuestro hijos

Día a día tengo el privilegio de estar en casa con Christine y Michelle... desde que Michelle (6 de octubre 2009) abre los ojitos en la mañana paso cuidándole y atendiéndole, me aseguro de que no tenga hambre, sueño, frio... me fijo que su pañal esté limpio. Me paso el día cuidando que su ropa sea adecuada, limpia y por supuesto debido a mi formación no puedo evitar estimularla de diversas formas. Con Christine (25 noviembre 2005) la dinámica es muy parecida!... la cuido y me preocupo porque sus comidas sean saludables, sus dientes estén bien lavaditos... paso el día cuidando a Christine, y asegurándome que sus días sean agradables y su vida buena.
Mi deseo es que ambas tengan una niñez hermosa, feliz y con excelentes recuerdos en familia y hermosos recuerdos de su niñez. El trabajo de una madre es un trabajo arduo, de tiempo completo! mejor dicho COMPLETISIMO!! de 24 horas, 7 días a la semana 12 meses al año. Lo que me tranquiliza es saber que no soy la únca que cuida de mis niñas! DIOS NOS CUIDA A LAS TRES!

Por lo general procuro hablar con Dios diariamente, contarle mis cosas de la misma forma en que se las cuento a mi hermana o una amiga...sin embargo a veces me sucede que me doy cuenta que vengo a pedirle ayuda a Dios solamente cuando me siento desesperada o exhausta. Olvido que puedo pedirle ayuda a Dios con las cosas más pequeñas como calmar a Michelle cuando está llorando sin razón aparente (casi no le pasa pero hoy por ejemplo le pasó), ayudarle a Christine a sentirse segura en mi ausencia. A Michelle a no contagiarse con la enfermedad de su hermana Christine. Puedo pedirle a Dios que le ayude a Christine a descansar muy bien esta noche y a ser una amiga especial y dulce con sus compañeritos. Además quiero ser un ejemplo para ellas de la importancia de la oración y qué mejor forma que hacerlo en cualquier momento y en cualquier lugar en que estemos. A partir de hoy me comprometere más fiuertemente a orar por y con ellas al despertarme y al acostarnos. A orar por y con ellas en todo momento y en todo lugar en el entendido que ellas me están aprendiendo que hablar con Dios es algo que uno hace de forma sumamente natural.
Recuérdame Dios que debo apoyarme en ti. Ayúdame a recordar que no estoy criando sola a mis hijas TE TENGO A TI!!!